martes, 31 de diciembre de 2013

OBJETIVOS ETRATÉGICOS DEL PROYECTO EDUCATIVO NACIONAL

Proyecto Educativo Nacional

La educación que queremos al 2021

1.            Los seis objetivos del proyecto
Como se ha advertido, el problema educativo descrito y las grandes metas nacionales que enfrentamos demandan una solución integral —no parcial ni transitoria— que debe cobrar la forma de un Proyecto Educativo Nacional entendido como un amplio acuerdo en que se expresen las principales aspiraciones de la sociedad peruana respecto al sentido y la función que deberá tener la educación a largo plazo en el desarrollo del país.

La visión, las prioridades, las opciones y las decisiones que este Proyecto quiere reflejar constituyen una política de Estado y se concretan en una matriz de políticas educativas con plazos, logros y resultados verificables que deben comprometer a todas las instancias del poder político y movilizar a la sociedad entera.
Es una política de Estado en la medida que enmarca, delimita y orienta sucesivas políticas de gobierno y de sector en materia educativa, asegurando la continuidad y coherencia de los procesos iniciados en una perspectiva de largo plazo y evitando, por lo tanto, el arraigado hábito de enterrar lo avanzado y volver siempre al punto de partida con cada gestión gubernamental o incluso con cada cambio ministerial.
El carácter nacional de este proyecto se construye mediante una interlocución continua y en distintos niveles con actores muy diversos, con aquellos forma n parte del aparato de la educación formal pero también con el resto de la comunidad: familias, empresarios, medios de comunicación y, desde luego, todos los sectores del Estado además del educativo. Este proyecto convoca también a quienes se encuentren en los distintos ámbitos regionales o en cualquiera de los ámbitos sociales donde está representada la enorme diversidad sociocultural existente en el Perú.
El objeto de un Proyecto Educativo Nacional se sitúa en dos dimensiones indisociables y mutuamente influyentes: una educación para la realización personal de todos los peruanos y una educación para la edificación colectiva de la democracia y del desarrollo del país.

Para lograr esta educación, los peruanos necesitamos tomar y ejecutar decisiones concretas, reconocer nuestras fortalezas y capacidades, dejar atrás divisiones menudas o de fundamentos egoístas y consolidar una voluntad colectiva dirigida tenazmente hacia una misma dirección.

Objetivos estratégicos
¿Qué dirección debe ser esta? Es imperativo reconocer en primer lugar, como verdad fundamental, que la educación es un derecho individual y colectivo y que el ejercicio de ese derecho debe ser una experiencia de disfrute y de enriquecimiento de nuestra humanidad. Sobre la base de esa convicción, para el Consejo Nacional de Educación son seis los cambios que requiere la educación peruana:

- Sustituir una educación que reproduce desigualdades por otra que brinde resultados y oportunidades educativas de igual calidad para todos, ajena a cualquier forma de discriminación.

- Convertir cada centro educativo en un espacio de aprendizaje auténtico y pertinente, de creatividad e innovación y de integración en una convivencia respetuosa y responsable en el ejercicio de deberes y derechos.
- Organizar una gestión éticamente orientada, con participación, descentralizada y con más recursos, los cuales utiliza con eficiencia óptima.
- Pasar de un ejercicio docente poco profesional y masificante a una docencia con aspiraciones de excelencia profesional y conducida mediante un reconocimiento objetivo de méritos y resultados.

- Propiciar la creación, la innovación y la invención en el ámbito de la educación superior con plena conciencia de que debe ser un soporte para superar nuestra histórica situación de pobreza y para alcanzar el desarrollo social y la competitividad del país
- Romper las fronteras de una educación encerrada en las estrechas paredes de la escuela para fortalecer una sociedad que forma a sus ciudadanos, los compromete con su comunidad y dibuja la educación del futuro.

Primer Objetivo Estratégico: Oportunidades y resultados educativos de igual calidad para todos

Una educación básica que asegure igualdad de oportunidades y resultados educativos de calidad para todos los peruanos, cerrando las brechas de inequidad educativa
Toda escuela peruana debe recibir una dotación básica o paquete de insumos y condiciones elementales, dotación que hoy es asumida en muchos casos por los padres de familia, sobre todo en las escuelas más pobres: materiales educativos, bibliotecas de aula, horas de acceso a una cabina de internet cercana al centro educativo y recursos tan esenciales como agua potable y energía eléctrica. Esa dotación debe provenir del Estado en el caso de las escuelas públicas.

Sobre esa base, la política debe enfocarse en lo siguiente: hacer que la educación inicial sea universal para los niños de 4 y 5 años; el logro de los aprendizajes fundamentales en los primeros años de la primaria (lectura y escritura, operaciones aritméticas, resolución de problemas, conocimientos científicos, despliegue de destrezas corporales, formación en valores y otros) debiera constituir la principal acción alfabetizadora del país; además de la alfabetización funcional y tecnológica de todos los estudiantes incluyendo los adultos. Los grupos de población que deben ser atendidos en forma prioritaria y con estrategias diferenciadas son los de las áreas rurales y en extrema pobreza, con un énfasis particular en las niñas, así como las personas que experimentan alguna discapacidad.
Estas políticas cobran su mayor sentido si van de la mano de políticas intersectoriales de desarrollo productivo y de lucha contra la pobreza que otorguen a las zonas más deprimidas del país posibilidades de desarrollo. Así también si se asocia a la expansión de redes de protección infantil que promuevan la educación temprana y atención integral de los niños de 0 a 3 años y de sus madres para disminuir la tasa de mortalidad infantil, mejorar la nutrición, orientar las pautas de crianza hacia el desarrollo del rico y diverso potencial humano con una acción masiva sobre los padres de familia y comunidades
Segundo Objetivo Estratégico: Instituciones educativas que garantizan aprendizajes pertinentes de calidad
Transformar las instituciones de Educación Básica en organizaciones efectivas e innovadoras capaces de ofrecer una educación pertinente y de calidad, realizar el potencial de las personas y aportar al desarrollo social.
La acción del Estado debe fortalecer y estimular esa innovación y promover redes de intercambio entre centros educativos de manera tal que unos aprendan de otros. Asimismo, debe apoyar de manera directa a aquellos que no estén en condiciones de crecer por sí mismas. Para ello el Estado reconoce al centro educativo autonomía en sus decisiones en tres temas clave: recursos (definidos a partir de sus necesidades y no a partir de demandas predeterminadas en un escritorio), selección de docentes (dentro de una carrera pública magisterial), formación de sus equipos docentes; los centros educativos tendrán participación en la evaluación docente de acuerdo a marcos evaluativos legislados.

Esta política se complementa con una definición de las metas de aprendizaje que los estudiantes y sus familias tienen el derecho de exigir, elaboradas participativamente a partir de lineamientos nacionales. Estos se han de expresarse en un currículo nacional básico que garantice la cohesión de la sociedad peruana y sobre esa base, en currículos regionales, los mismos que deben posibilitar una mayor pertinencia de los aprendizajes tanto con la cultura y la lengua de cada población como con las diversas realidades sociales, económicas y geográficas que tenemos en el país. Todo ello debe asegurar el pleno desarrollo personal, social, productivo de los ciudadanos. Estas metas son evaluadas periódicamente para identificar los factores que permiten que algunas escuelas avancen y otras no, retroalimentando a las escuelas y a las políticas educativas.
Tercer Objetivo Estratégico: Maestros bien preparados que ejercen profesionalmente la docencia

Asegurar el desarrollo profesional docente, revalorando su papel en el marco de una carrera pública centrada en el desempeño responsable y efectivo, así como de una formación continua integral.

Los docentes que laboran en los centros educativos del país son un factor clave de los cambios que propone el Proyecto Educativo Nacional. Hoy en día los maestros no gozan de incentivos, sino al contrario, para actuar con creatividad, profundizar su formación profesional o realizar esfuerzos adicionales a favor de sus estudiantes suelen enfrentar muchos obstáculos. El cambio que se propone demanda que los docentes puedan hacer carrera profesional con criterios objetivos de promoción, que se les posibilite una formación a la medida de sus necesidades para optimizar su contribución al centro educativo y que reciban incentivos acordes con su condición de profesionales y especialistas en una tarea fundamental para el país.
El Consejo Nacional de Educación discrepa con quienes consideran que el despido de docentes es la solución de los problemas de la educación. Sin embargo, y con igual determinación, considera también que una Carrera Pública Magisterial debe ser un espacio de trabajo y de oportunidades de desarrollo profesional sólo para los maestros que demuestren aspiraciones de progreso y mejoramiento en su desempeño, que participen activa y responsablemente en sus centros educativos y en cuya práctica profesional puedan verificarse de manera progresiva e inobjetable criterios esenciales de calidad, de inclusión y buen trato.
Tampoco se ignora el grave problema que significa el exceso de institutos y facultades de educación y el daño acumulado por entidades de educación superior sin recursos ni organización para asumir la tarea de formar nuevos educadores. La puesta en marcha del sistema de acreditación con resultados que sean conocidos por la población constituye el principal mecanismo que permitirá ir corrigiendo esta situación. No se debe dejar de atender las nuevas demandas educativas que el Proyecto Educativo Nacional plantea con docentes especializados en la educación inicial de niños de 0 a 3 y de 4 a 5 años de edad, en los primeros grados de la primaria y en los últimos años de secundaria.

Asimismo, es indispensable contar con maestros formados en una perspectiva intercultural, es decir, con capacidad de relacionarse con diversas configuraciones socioculturales, pero no sólo para comprenderlas y valorarlas, sino para organizar la enseñanza sobre la base del reconocimiento de esta diversidad en el aula, partiendo del capital cultural de los estudiantes y sus comunidades, propiciando el diálogo entre distintas cosmovisiones, valores y representaciones.
Asegurar una gestión y financiamiento de la educación nacional con ética pública, equidad, calidad y eficiencia 

La educación peruana ha abundado en buenas intenciones y ha sido escasa en resultados. Poco o nada ha cambiado en las últimas décadas porque la transformación de la gestión educativa no se ha enfrentado con seriedad. Urge, por ello, tomar la determinación clara de romper el círculo vicioso de la ineficiencia transformando el triángulo «centro educativo-instancia intermedia-sede central»: una escuela con poder para hacer los cambios que necesita y recibe el soporte técnico que solicita, en cada región una entidad que articula la educación con las políticas sociales, la educación superior con la básica, al sector productivo con el Estado y la sociedad civil para que la educación sea relevante, útil para el despegue de la región. Un nivel central que asume un rol de liderazgo, y no de simple administrador, es responsable por los aprendizajes de los estudiantes, funciona para el logro efectivo de objetivos de política educativa, garantiza su unidad y continuidad, la compensación de diferencias, el financiamiento suficiente.
Se hace así visible un nuevo “organigrama” del sistema educativo. En el nivel nacional (que no debe ser tomado como central) el MED no administra escuelas sino que gestiona políticas nacionales en corresponsabilidad con las regiones. Por su parte, el Sistema Nacional de Evaluación Acreditación y Certificación Educativa hace una evaluación externa de los aprendizajes e instituciones y el Consejo Nacional de Educación se ocupa de las políticas de Estado. En el nivel regional se definen las políticas regionales, se provee el servicio educativo y se realiza la articulación intersectorial. En el nivel local, las Unidades de Gestión Educativa Local (UGEL) se concentran en las cuestiones administrativas y se crea un sistema de asistencia técnica a los centros educativos articulado a municipios, ISP, o a terceros. En el nivel de las instituciones educativas, estas funcionan con poderes de decisión en cuanto a la conducción pedagógica, la selección de personal y el manejo del presupuesto. Las IE tienden a constituir redes para compartir aprendizajes y recursos que no podrían tener todas individualmente.

No es realista pensar en una reestructuración endógena: ella no se hará solamente desde dentro de la administración educativa, sino que reclama la participación de la ciudadanía, ya que todo centro educativo tendrá la oblogación de comunicar los resultados logrados por sus estudiantes así como de las razones que facilitan o impiden el aprendizaje. Lo mismo hará la autoridad regional y la nacional. Esta participación implica también mayores cuotas de decisión para los padres de familia y los centros educativos, así como una mayor presencia del Estado en las zonas excluidas del país para que la población renueve sus expectativas en la educación y constante que sus derechos no son letra muerta sino realidades tangibles.
El financiamiento de la educación tiene que ser entendido como el costo de todo un proyecto, es decir, de objetivos, resultados y políticas. Ello demanda un incremento sostenible y un mejor gasto de los recursos del Estado bajo criterios de equidad; implica también que se destine más recursos a las regiones o poblaciones más excluidas o con mayores desventajas, así como un adecuado mecanismo de control (evaluación y monitoreo) de la ejecución orientado a los resultados priorizados.

Quinto Objetivo Estratégico: Educación superior de calidad se convierte en factor favorable para el desarrollo y la competitividad nacional
Asegurar la calidad de la Educación Superior y su aporte al desarrollo socioeconómico y cultural en base a prioridades, así como a una inserción competitiva en la economía mundial
Aunque resulte inverosímil, en el país no existe una política de educación superior. Las universidades se gobiernan con autonomía; la educación superior profesional, técnico profesional y la modalidad ocupacional, que abarcan aproximadamente 1,4 millones de matriculados, están dirigidas por una subdirección del Ministerio de Educación. Creemos que el principio de autonomía universitaria no es incompatible con una política nacional de amplio alcance que debería adecuar nuestra educación superior a las necesidades de desarrollo el país.
La inversión en investigación y desarrollo debe ser la locomotora de una reforma de la educación superior para que ella cumpla su aporte a la construcción de nuestro propio camino de desarrollo.

Son cuatro las políticas que se deben emprender:
- En primer lugar, sentar las bases para que las universidades e institutos generen ciencia e innovación tecnológica con recursos especialmente dedicados a eso. Actualmente el Perú invierte menos que Bolivia y Ecuador en estas tareas. En una sociedad globalizada, lo que hará distintiva a una universidad o instituto peruano respecto de uno extranjero será la ciencia y el desarrollo tecnológico propio que logren imprimirle en aquellas actividades en las que el país es competitivo internacionalmente así como en conocimiento y en prospectiva para el desarrollo.

- En segundo lugar, transformar la formación profesional en una perspectiva de educación permanente que atienda tanto a quienes requieren una formación técnica específica como a aquellos que requieren formaciones especializadas más allá incluso de los grados de maestría y doctorado.

- En tercer lugar, la acreditación debe ser la palanca para que cada institución emprenda un camino de mejora de la calidad.
- Finalmente, en cuarto lugar, es necesario plantearse la necesidad de un sistema de educación superior que, respetando las particularidades, articule y potencie a la universidad y a los institutos de formación profesional y los vincule creativamente con las necesidades de desarrollo local, regional y nacional.

Sexto Objetivo Estratégico: Una sociedad que educa a sus ciudadanos y los compromete con su comunidad
Fomentar en todo el país una sociedad dispuesta a formar ciudadanos informados, propositivos y comprometidos con el desarrollo y bienestar de la comunidad.
Los aprendizajes que propone el Proyecto Educativo Nacional no se logran sólo dentro de las instituciones sino que requieren, además, convertir el espacio público en un lugar de aprendizaje convergente a los mismos propósitos.
Un factor de impacto significativo para el desarrollo económico y social es la generación de un nuevo capital social, lo que comprende aspectos como valores compartidos, normas, cultura, la capacidad de concertar, construir redes, sinergias, clima de confianza, inteligencia de las instituciones u orientación al trabajo voluntario. Por eso, programas y actividades en campos como la movilización de la cultura popular, la promoción del asociacionismo, la apertura de canales concretos para la acción sin fines de lucro son parte esencial de las políticas educativas. Lo es también el fortalecimiento de capacidades de las redes sociales y comunitarias ya existentes, la generación de nuevos arreglos institucionales o pactos familia-escuela, sociedad-medios de comunicación.

El Consejo Nacional de Educación destaca el papel del gobierno local no sólo como un administrador del servicio educativo sino, fundamentalmente, como constructor de una ciudad educadora, que forma en ciudadanía y en convivencia social; o como el catalizador del desarrollo en las áreas rurales. El Proyecto Educativo Nacional llama también a los líderes de organizaciones sociales, partidos políticos y empresas, a jugarse por la educación; mostrando un estilo de liderazgo que sea pedagógico, pero también promoviendo el compromiso de sus instituciones con la educación de sus miembros y su comunidad. Finalmente, el Proyecto Educativo Nacional llama a los medios de comunicación a ejercer bien el papel que tienen en la formación ciudadana a través de la información.


VALORES EN LA ERB

LOS VALORES EN LA EBR

En el Perú, en los últimos años, se han puesto de manifiesto profundos conflictos ético-valorativos de sus ciudadanos, lo que se evidencia en los efectos negativos en el desarrollo personal y social: la predominancia de una visión individualista de la vida, desarraigada de los orígenes y lazos comunitarios; la indiferencia ante el sufrimiento del otro; la poca credibilidad en las instituciones sociales; la poca participación política y social.

Hoy es un imperativo ético formar, desde el hogar y la institución educativa, ciudadanos, personas capaces de diferenciar lo justo de lo injusto, de ponerse en el lugar del otro para reconocer su dignidad como ser humano, y de elegir el mejor curso de acción a seguir en situaciones potenciales de conflicto. Por ello, el desarrollo moral de los estudiantes debe darse en espacios más allá de las aulas, demanda referente clara, una preparación específica en el tema y un compromiso de todos los actores e instituciones en el país.

La crisis en el campo ético-moral no es solo una “pérdida de valores”, ya que la ética no es un conjunto de valores o virtudes que las personas pierden en algún momento y luego necesitan recuperar. La formación en valores no es simplemente la adquisición de normas sociales o culturales, ni la clarificación individual de los gustos o preferencias de cada persona, sino un proceso de desarrollo de las capacidades de reflexión, razonamiento, empatía, toma de decisiones y resolución de problemas.

En el contexto social actual, esta crisis de valores puede explicarse a través de tres expresiones de conflictos éticos: (1) el problema de la corrupción, (2) la situación de discriminación y (3) la violencia social.
  1. El problema de la corrupción. En las últimas décadas y en la actualidad, nuestro país ha sido testigo de una serie de actos de corrupción en diversos sectores. Esta extendida corrupción tiene consecuencias lamentables, pues ha afectado enormemente la confianza y credibilidad de la población hacia las autoridades, líderes, instituciones del Estado y de la sociedad civil, a la vez que ha deteriorado la personalidad y la orientación ética de las personas, aspecto que urge atender.
  2. La situación de discriminación. En las instituciones educativas, a pesar de la existencia de numerosas leyes que afirman la igualdad de derechos de las personas y rechazan toda forma de discriminación, a diario se ven casos de intolerancia, rechazo, exclusión y violencia; expresados en miradas, gestos y comportamientos; que afectan la vida cotidiana de miles de niños y adolescentes en el país. El desconocimiento de la diversidad, de las características pluriculturales y multilingües que existen en las diversas regiones, tiene efectos muy nocivos, pues la discriminación fragmenta al país y lamentablemente está presente en todos los estratos de la sociedad, incluyendo las instituciones educativas. 
  3. La violencia social. La violencia que se ha instalado peligrosamente en los diferentes espacios y sectores de la sociedad tiene repercusiones negativas que se evidencian en consecuencias físicas, éticas, emocionales y académicas en los estudiantes; las que son considerables y constituyen violaciones graves a los derechos fundamentales de las personas. En algunas instituciones educativas aún se castiga a los niños apelando a la agresión, la humillación y el chantaje, lo que muchas veces es tolerado y promovido por las autoridades educativas e incluso por los propios padres y madres de familia. A esta situación se suman, entre otros los actos de abuso sexual y la explotación sexual comercial infantil, que debemos denunciar desde el sector. Con la finalidad de revertir esta situación, y asumiendo que las experiencias de crisis son oportunidades de crecimiento individual y colectivo, estos referentes nos permiten trabajar, desde la educación, una formación orientada al desarrollo de valores.


PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
Para el trabajo en valores en nuestro país, debemos partir de tres principios fundamentales y articuladores, con la finalidad de mantener la unidad del sistema educativo. Esto no impide que desde cada institución educativa, localidad o región, se prioricen otros que requieren ser desarrollados o fortalecidos de acuerdo con la realidad y los diagnósticos realizados.
  • El respeto a la Vida. Entendido como la valoración, aprecio y reconocimiento de la importancia de preservar, conservar y proteger la vida como elemento sustancial de nuestro planeta y de la sociedad en particular. La vida es el eje de nuestra convivencia, gracias a ella podemos existir y gracias a ella también disfrutamos en la tierra. Su cuidado comprende desde los aspectos vinculados a salud, alimentación, hasta aquellos referidos al ambiente y a los estilos de vida saludables. Su reproducción implica una conciencia basada en el respeto y en la responsabilidad sobre uno mismo y sobre los demás.
  • El Respeto. Este debe ser considerado desde los ángulos individual y colectivo. Lo que significa que pasa por desarrollar el respeto por sí mismo, la estima personal, la identidad y la seguridad en sí mismo y el fortalecimiento de la dignidad personal. La persona debe ser capaz de respetarse, valorarse, apreciarse y reconocerse como sujeto de derechos y deberes. Pero también tiene una dimensión colectiva; el respeto hacia los demás y por los demás; no solo por aquellos que forman parte de nuestra comunidad de ideas, de etnia o lenguas; sino respeto por aquellas colectividades que son diferentes y que no comparten nuestras mismas creencias, nuestra misma etnia, lengua o pensamiento político; mientras estas ideas no afecten los derechos humanos.
  • La Democracia como pilar fundamental, sustentada no solo como aspiración, sino como modo de vivir en comunidad y en sociedad. Vivir en democracia es reconocer que las decisiones se construyen y no se imponen; que la construcción social por excelencia, en mérito a este valor, es la construcción de acuerdos por consenso y, en su agotamiento, la decisión por votación; sin perder de vista que aquellos que conforman la minoría tienen los mismos derechos que la mayoría. Otro elemento importante sobre la democracia es que se sustenta en la búsqueda del bien común y no en el bien de algunas personas.
  • En la institución educativa y en el aula, vivir en democracia es fortalecer el concepto de comunidad, de integración en las decisiones y acuerdos entre las partes implicadas. Supone respeto irrestricto por la persona, por la diversidad de opiniones, de culturas, de lenguas, de creencias y perspectivas, y considerar que el avance hacia un objetivo común solo se construye desde la unión y confluencia de fuerzas vivas. La democracia hay que desarrollarla y propiciarla en el currículo no como un tema, sino como una práctica cotidiana en donde las actividades de aprendizaje se constituyen en una oportunidad para su ejercicio.

  • Los principios fundamentales que hemos planteado están ligados a la construcción del bien común y al sentido de la vida, y otorgan significación a los valores fundamentales en la sociedad peruana, fruto de la construcción y el reconocimiento colectivo de las experiencias comunes y diversas


Valores que se desarrollaran en la EBR:
  • Justicia: disposición de dar  cada quien lo que le corresponde. Implica el concepto de igualdad y el de equidad (según corresponda, dar a todos por igual, dar mas al que se lo merece o dar mas al que necesita mas).
  • Libertad y autonomía: capacidad que permite discernir, decidir y optar por algo sin presiones ni coacciones, para desarrollarse como ser humano en todo su potencial, sin afectar la propia dignidad ni la de los demás.
  • Respeto y tolerancia: reconocimiento de la dignidad de todo ser humano y de su derecho a ser diferente. Esto permite que la persona interactué con los demás en un clima de equidad e inclusión, con interés por conocer al otro y lograr un enriquecimiento mutuo.
  • Solidaridad: decisión libre y responsable de dar de uno mismo a otras personas, para su bien; sin esperar recompensa. Implica la noción de comunidad, y el saberse y sentirse miembro de ella.


Se asumen estos valores teniendo en cuenta que existen diferentes modos de comprenderlos. Esto quiere decir que los docentes están llamados no solo a dialogar y adoptar una postura crítica ante estas diferencias, sino también a orientar en este sentido a los estudiantes. La justicia, por ejemplo, puede tomar diferentes formas según cada circunstancia concreta. Así, en una determinada situación, será justo aplicar un trato igualitario (cuando hacemos el mayor esfuerzo con nuestros estudiantes, sin preferencias), mientras que en otro contexto, lo justo será hacer distinciones (darle apoyo adicional a un estudiante con dificultades de aprendizaje o a otro que trabaja).



sábado, 28 de diciembre de 2013

Proyecto Educativo Nacional La educación que queremos al 2021

(5) Marco curricular

5.1. Para llegar a establecer un marco curricular nacional para la educación básica, cuyos ejes sean la interculturalidad y la formación de ciudadanos ¿de dónde estamos partiendo?

Construcción y articulación curricular.
Entre 1997 y el 2000, tomando una inusual distancia del estilo vertical de manejo del Estado que caracterizaba a la década pasada, el MED realizó procesos de consulta a distintas instituciones y expertos en el campo de la educación, sobre el nuevo diseño de los currículos para la educación primaria. Los nuevos currículos buscaban virar de un enfoque centrado en contenidos a otro orientado al desarrollo de competencias. Aunque se realizó sólo en la capital, participaron de manera plural diversas entidades de sociedad civil, universidades, ONG, institutos, asociaciones profesionales, investigadores, etc. Fue el primer esfuerzo por considerar voces de diversos actores sociales. Hubo después en 1999, un intento de articulación de los currículos de inicial, primaria y secundaria, básicamente a nivel técnico y sin repercusiones en los diseños curriculares de cada nivel educativo[1]. En el año 2005 se logró finalmente la articulación de los diseños de los tres niveles en un solo currículo para la Educación Básica Regular, en cumplimiento de la nueva LGE. Este currículo articulado es planteado hoy por el MED como base del proceso de diversificación curricular en cada región, localidad e institución educativa[2].
Culminación del programa curricular.
No se ha efectuado estudios que demuestren la factibilidad de que un estudiante promedio de la costa urbana, los más próximos al código cultural del currículo, alcancen el máximo logro posible en todos los aprendizajes esperados en cada área curricular y en el periodo lectivo oficial. Si tenemos en cuenta que el perfil del estudiante urbano costeño no es prototípico, por la enorme diversidad cultural existente, sumado al volumen de la pérdida de horas de clase cada año y a la baja calidad de la enseñanza, la posibilidad de acceder al 100% de logros en todos los ámbitos se estima aún más difícil. En realidad, considerando el tiempo efectivo de aprendizaje realmente disponible para la mayoría de estudiantes del sistema público, las demandas curriculares pueden parecer excesivas y podrían estar induciendo a los docentes a sacrificar profundidad para ganar cobertura.

Tendencia a la aplicación parcial del currículo.
Los contenidos curriculares que los docentes dejan de enseñar suelen explicarse por su escaso dominio sobre ellos o justificarse por la supuesta incapacidad de los estudiantes para aprender en un nivel mayor de complejidad. Esto lleva en los hechos a reducir el currículo o a recorrer todas sus áreas de manera rápida y superficial, sin verificar los aprendizajes, simulando el cumplimiento del programa curricular y eludiendo la presión de los supervisores. Según datos de la Evaluación Nacional (EN) 2004 de la UMC, los docentes del 53,4 % de estudiantes de 6º grado de primaria no cubren la totalidad del currículo en lo que respecta a la «producción de textos»; y los docentes del 49% no lo cumplen en «lectura de textos». En promedio, los docentes del 51% de alumnos no cubren el currículo en el área de comunicación. Asimismo, los docentes del 66% de estudiantes del 6° grado de primaria no terminan lo programado en el currículo en el área de lógico matemática[3].

Insumos que posibilitan el desarrollo curricular.
Continuando y fortaleciendo políticas iniciadas en el decenio pasado, el MED ha distribuido gratuitamente más de 13 millones de textos y 204 mil guías metodológicas para escolares y docentes de primaria y 2.777 módulos de biblioteca en colegios de secundaria. Durante el 2005, desde el Programa de Emergencia Educativa y en el marco de una campaña de solidaridad ciudadana, se distribuyeron 2.562.360 útiles escolares, que benefician a 254.153 escolares de primara y secundaria. Se ha cubierto el 100% de los colegios de las 5 regiones más afectadas por la violencia política: Apurímac, Ayacucho, Huancavelica, Huánuco y Junín (se consideran zonas rurales, escuelas bilingües e inclusivas); y el 100% de los colegios focalizados por el programa de Emergencia Educativa (además de los mencionados: Ancash, Arequipa, Cusco, La Libertad, Lambayeque, Loreto, Pasco, Puno y Ucayali). No obstante, este mecanismo ha tenido carácter extraordinario y coyuntural, pues no se logró comprometer fondos del Presupuesto público del sector para asegurar el abastecimiento anual permanente de estos centros educativos[4].

Formación ciudadana en el currículo.
Por primera vez en el Perú, la EN 2004 ha evaluado a escala nacional el eje de formación ciudadana, que no constituye un área del currículo sino un eje transversal a todas las áreas, en sus tres dimensiones: identidad personal y cultural, conciencia democrática, y cultura creadora y productiva[5]. Según la EN 2004, tomada a estudiantes de Sexto de Primaria[6], sólo el 1,0% tiene un nivel esperable en cuanto a manejo de información sobre ciudadanía y democracia. El 26,9% demuestra capacidad para ponerse en el lugar del otro y reconocer puntos diferentes del suyo, pero no logran explicar sus opiniones ni la información que tienen sobre ciudadanía democrática. Mientras que el 35,7% maneja información muy básica sobre ciudadanía, es decir, no identifican información relevante ni logran explicar conflictos sociales con argumentos democráticos. En la misma evaluación pero a alumnos de Quinto de secundaria[7] se indica que sólo el 0,6% de los estudiantes tiene el nivel esperado, pues son capaces de identificar y explicar características del sistema y cultura democrática. Sólo el 26,8% logra desarrollar tareas básicas sobre Formación Ciudadana según el grado que cursan, y llegan a 35,7% los estudiantes que resuelven con éxito tareas de grados anteriores. Un 37,4% no logra responder las preguntas anteriores de manera correcta. Así, la mayoría de alumnos de quinto de secundaria no logra desarrollar el eje de Formación Ciudadana propuesta en el currículo.

5.2. Para construir currículos regionales pertinentes y flexibles ¿de dónde estamos partiendo?
Lenguas oficiales existentes.
En el Perú existen 43 lenguas oficiales, entre las cuales predomina el castellano. Entre estas lenguas tenemos las siguientes: achuar, aguaruna, aimara, amahuaca, ashaninka, bora, arabela, cacataibo, candoshi, capanahua, cashibo-cacataibo, cashinahua, chamicuro, chayahuita, cocama cocamilla, culina, ese eja, huitoto, harakmbut, iñapari, jacaru, jebero, machiguenga, mayoruna, nomatsiguenga, ocaína, orejón, quechua, resígaro, secoya, shipibo-conibo, taushiro, ticuna, urarina, yagua, yaminahua (yora) yanesha y yine[8].

Población escolar bilingüe e indígena.
Según datos del 2004, el 27% de la población bilingüe en edad escolar y que vive en zonas rurales, estaba atendida por el sistema formal de Educación Bilingüe (123 380 estudiantes de educación primaria, en 4 591 instituciones educativas). Hay un 73% de esta población que no participan de programas bilingües o no están dentro del sistema educativo. De otro lado, la tasa de conclusión del nivel que alcanza la población indígena que asiste al sistema educativo es muy baja. En el 2004, el 55% de la población escolar indígena entre 11-13 años concluye primaria, y el 83,2% entre los 14 y 16 años[9]. Hay que tener en cuenta que la tasa de conclusión de la primaria en el 2003 era del 73% para los estudiantes entre 11 a 13 años, en cambio era del 91% para los estudiantes entre los 14 y 16 años. Esto supone que aún queda una gran parte de la población menor que termina la educación primaria con 3 a 5 años de atraso. Si bien la tasa de conclusión de primaria ha aumentado en el período de 1985 al 2003, también es cierto que este incremento ha ido acompañado de un incremento en la edad del estudiante que concluye el nivel, asegurando la conclusión de la primaria en un mayor porcentaje entre los 14 a 16 años.

¿Cuántos dejan de ir a clases en las zonas rurales?
En el caso de la población indígena vernáculo hablante, los datos del 2004 muestran una tasa de deserción total de 2,5, siendo ésta menor a la alcanzada por este nivel educativo en su totalidad. La deserción en esta población se observa significativamente más alta y concentrada en el primer grado (3,5) y en el último grado (3,9). Los altos porcentajes de repitencia, retiro y deserción escolar podrían explicar, de alguna manera, la generación de estudiantes que cursan la primaria en extra edad. Así, en el 2002, aproximadamente el 39% de los alumnos de primaria asistió a un grado inferior al que correspondía según su edad. Cerca del 20% de los alumnos en extra edad tenía un año de atraso, mientras que el 9% y 10% tenían dos y tres o más años de atraso, respectivamente. A pesar de la significativa disminución de extra edad en la primaria durante el período 1993–2002 (52,9% en 1993, 38,6% en el 2002) aún continúa siendo un tema prioritario en la primaria, especialmente a partir del 3° grado, donde el porcentaje aumenta significativamente. Asimismo, cabe señalar que este porcentaje va en aumento conforme se avanza en los grados del nivel, a mayor grado más grande es el porcentaje de estudiantes en extra edad[10].

Currículos regionales y diversificación.
Todas las regiones que están trabajando sus Proyectos Educativos Regionales incluyen entre sus lineamientos de política el tema curricular pero sólo algunas plantean explícitamente la diversificación del currículo. Arequipa la incluye entre sus prioridades, igual que Apurímac, proponiéndose incluso construir una propuesta regional, mientras Piura y Ucayali plantean generar condiciones favorables a una diversificación curricular que tienda a la construcción de un currículo regional, a fin de garantizar la pertinencia intercultural y orientado al desarrollo local y regional. Otras regiones como Ayacucho o Puno se orientan por establecer en el currículo una educación intercultural bilingüe[11]. En general, las experiencias de diversificación del currículo nacional que se conocen han tendido a concentrarse en un cambio de denominaciones y referentes, mencionando de manera explícita lugares, costumbres y nombres característicos de la región. A este fenómeno se le ha llamado folclorización del currículo. La construcción de currículos regionales basados en un marco nacional común, puede posibilitar un mejor encuentro entre las metas de desarrollo humano de la región y sus necesidades de aprendizaje, lo que exigirá aumentar el conocimiento sobre las fortalezas y debilidades de la población respecto de estos desafíos.

[1] Entrevista a ex funcionarios de la DINEIP del periodo 1997-2001.
[2] Diario El Peruano, 13 de julio de 2005.
[3] Resultados de la IV Evaluación Nacional del Rendimiento Estudiantil 2004. MED-UMC. Lima, noviembre 2005. Tema: cobertura curricular.
[4] Fuente: Programa de Emergencia Educativa–Ministerio de Educaciónhttp://www.minedu.gob.pe/emergenciaeducativa/politicas.php, los demás datos son producto de informes directos recibidos de los encargados del programa en la sede central del MED.
[5] DIBOS, Alexandra FRISANCHO, Susana ROJO, Yolanda Propuesta de evaluación de Formación ciudadana. Cuaderno de trabajo N°8, UMC, MINEDU, 2004.
[6] Muestra de 13.708 escolares de instituciones educativas representativas de todo el país: estatales y no estatales, rurales y urbanas, polidocentes completas y multigrados.
[7] Muestra de 14 305 de instituciones estatales, no estatales, rurales y urbanas de todas las regiones.
[8]La participación de los pueblos indígenas y comunidades rurales en el Proyecto de Educación en Áreas Rurales – PEAR 2005-2007. MED-DINEIB. Documento de trabajo DINEBI entregado por Modesto Gálvez. Todos los datos sobre educación bilingüe de esta página pertenecen a esta fuente.
[9] La participación de los pueblos indígenas y comunidades rurales en el Proyecto de Educación en Áreas Rurales-PEAR 2005 – 2007, Documento de trabajo, Dirección Nacional de Educación Intercultural Bilingüe y Rural.
[10] Ídem.
[11] ET CNE.


MARCO CURRICULAR

 MARCO CURRICULAR

11.  EL CONCEPTO DE CURRÍCULO

En las aulas actuales de nuestro país, hallamos maestros cuya práctica traduce los diversos momentos evolutivos de la concepción del currículo: identificación con Planes y Programas, conjunto de experiencias de aprendizaje previstas o planificadas, conjunto de actividades y procesos que orientan la formación de los educandos, búsqueda de alternativas que permitan mayor participación de maestros y alumnos en la construcción curricular.
En estos momentos, la investigación educativa está buscando una reconceptualización del currículo, a partir de una vinculación estrecha de éste con la práctica profesional. El educador analiza su propia práctica y la confronta con los planteamientos teóricos más recientes. De este modo, puede detectar  limitaciones, plantear problemas y buscar soluciones más eficaces. Esta investigación “protagónica” se complementa con una “etnográfica”, realizada por  un profesor observador, que le permite mayores niveles de objetividad.
De este modo, cada profesor ayudaría a producir saberes pedagógicos validados en su quehacer cotidiano, que puedan ser sistematizados e interpretados en primera instancia por un grupo institucional de apoyo.
Esta investigación se gestaría al interior del Proyecto de Desarrollo Educativo Institucional y constituiría la base para una diversificación curricular que asegure una creciente pertinencia y calidad a todo el proceso.
La elaboración del currículo oficial se nutriría de esta investigación, sistematizada e interpretada por expertos a nivel nacional, con un doble propósito: establecer los mínimos comunes que aseguren coherencia al sistema y alentar la diversificación a nivel de las instituciones según las exigencias de las diversas realidades.
Los estudiantes serían entrenados para manejar este modo de participar en la elaboración del currículo, como diversificadores ayudantes en permanente diálogo institucional con los expertos del Ministerio de Educación.
Tomando en cuenta lo anterior, concebimos el CURRÍCULO como un subsistema educativo complejo, global, dinámico y orgánico, diversificable y flexible, en el que se articulan componentes, interactúan personas y grupos sociales y se suceden procesos estrechamente vinculados entre sí, con el objeto de diseñar, producir y evaluar aprendizajes buscando una educación integral de óptima calidad. Subsistema que, en Formación Docente, se mantiene en permanente actualización y creación de nuevos saberes sobre la base de una estrecha relación entre la investigación y la práctica.
En esta concepción integral del currículo, distinguimos un CURRICULO DISEÑADO, contenido en los llamados documentos curriculares, de un
CURRICULO REALIZADO (logrado, enseñado y aprendido, vivido) y de un CURRICULO EVALUADO, que informa sobre el proceso y los resultados.
Por otra parte, diferenciamos el CURRÍCULO (educativo intencional) diseñado, producido y evaluado- de un CURRÍCULO ESCONDIDO U OCULTO, constituido por el conjunto de aprendizajes no formales, más o menos espontáneos, que se producen en el contacto diario con el ambiente escolar, familiar y comunitario y con los medios de comunicación social e informatizados. Ellos están en  permanente interacción con el aprendizaje intencionado de la institución, muchas veces apoyando y completando lo diseñado, pero otras veces interfiriendo y hasta obstaculizando determinados logros, especialmente en el terreno de lo afectivo y actitudinal.

2. COMPONENTES DEL CURRICULO

Son los siguientes:
  • ·  Competencias: capacidades complejas que integran actitudes y capacidades intelectuales y procedimentales y permiten una actuación eficiente en la vida diaria y en el trabajo.
  • ·      Contenidos: bienes culturales sistematizados que han sido seleccionados como insumos para la educación de un grupo humano concreto. En el currículo de Formación Docente, están organizados por AREAS interdisciplinares y por una temática de orden orientador que constituye la TRANSVERSALIDAD.
  • ·       Metodología: Recoge el aporte de las actuales corrientes constructivistas, especialmente en lo siguiente: énfasis en el aprender más que en el enseñar, construcción del propio aprendizaje significativo al relacionar lo nuevo con lo que ya se posee, el estudio y trabajo en grupo potencian el aprendizaje, el error y el conflicto deben utilizarse como fuentes de nuevos aprendizajes.
  • ·         Organización del tiempo y del espacio: Distribuye el tiempo en unidades o períodos no menores de dos horas pedagógicas seguidas, que aseguren la posibilidad de realizar estudios más articulados y profundos. Utiliza el tiempo libre para tareas complementarias, tanto en biblioteca como en campo, en laboratorio y similares. Aprovecha los diversos espacios disponibles, siendo el aula el lugar por excelencia para el trabajo de planificación y reflexión en común, para lo cual debe ubicar a maestros y estudiantes de modo que se comuniquen permanentemente entre sí. A medida que los Institutos adquieran medios informatizados en cantidad suficiente, el tiempo y el espacio deben replantearse en función de su óptimo aprovechamiento. Hay que considerar que en otras partes del mundo ya es un hecho la universidad virtual, que no debe desaparecer de nuestro horizonte.
  • Regulación de la infraestructura, instalaciones, equipos y materiales: el currículo debe incluir normas para que las características de la infraestructura, instalaciones, equipos y materiales constituyan elementos de máxima eficacia para estimular el logro de las competencias previstas.


3. LAS PERSONAS QUE INTERVIENEN EN EL CURRICULO
El currículo se construye para promover el desarrollo integral de las personas. Intervienen en él:
  • Los estudiantes: aquellos cuya función principal es aprender.
  • Los formadores: los profesionales que facilitan, orientan y acompañan el aprendizaje.
  • La comunidad: familiar, escolar, local y nacional, en cuyo seno se realiza el aprendizaje; la comunidad mundial influye de diversos modos, pero especialmente a través de los medios de comunicación social y de los informatizados.
  • Los gerentes y administradores del proceso, desde el Ministerio de Educación hasta la Dirección y administración del Instituto.
Influye de igual modo la investigación a nivel mundial, a través de la bibliografía e INTERNET y la acción de organismos internacionales, desde la UNESCO hasta el BID y el Banco Mundial.

4. LOS PROCESOS DEL TRABAJO CURRICULAR
Para diseñar, producir y evaluar aprendizajes de calidad, se han considerado los siguientes procesos:
  • Para diseñar el currículo: la investigación, que le abre los horizontes posibles, la orientación, que le precisa el horizonte a elegir y el diseño propiamente dicho, que articula anticipadamente las acciones que harán posible el logro del horizonte elegido.
  •  Para producir los aprendizajes constitutivos del currículo: la implementación, que permite contar con las condiciones necesarias para tal aprendizaje y la ejecución, que constituye el proceso mismo de logro.
  • Para evaluar, el monitoreo y evaluación, que informa sobre el proceso y los resultados.

 Describimos estos procesos del siguiente modo:

  • Investigación curricular: detecta la situación de partida del trabajo curricular: identifica las características de personas y componentes, descubre las relaciones exitosas y problemáticas y las variables dinamizadoras de los procesos, ubica en el contexto social global. De este modo informa sobre el horizonte posible y sobre el espectro de posibilidades a tener en cuenta para la toma de decisiones fundamentales. Puede concretarse en un diagnóstico.
  •  Orientación del currículo: establece la intencionalidad del trabajo curricular, elegido entre el espectro de posibilidades ofrecido por la investigación. Se traduce en una política curricular, en perfiles educativos y en el manejo de la transversalidad.
  •  Diseño curricular: ubica anticipadamente en el tiempo las acciones consideradas capaces de provocar que los estudiantes logren las competencias previstas, es decir, que pasen de la situación diagnosticada a la señalada en el perfil educativo.
  • Implementación curricular: pone en condiciones de óptimo funcionamiento todo aquello que se necesita para pasar del diseño a la ejecución curricular: normas, infraestructura, capacitación de profesores, equipos, materiales, difusión a la comunidad, etc.
  • Ejecución curricular: proceso en el que se realiza la actividad educativa prevista para producir aprendizajes e ir generando el desarrollo de las competencias consideradas.
  • Monitoreo y evaluación: Diseña el acompañamiento, control y realimentación del aprendizaje de cada estudiante, asegurando óptima calidad en los resultados. Mientras que la Investigación abre horizontes, el Monitoreo y Evaluación controla y realimenta lo diseñado y lo que intervino imprevistamente.
5. NIVELES DE CONCRECION DEL DISEÑO CURRICULAR

El Diseño Curricular se realiza a diversos niveles:

  • Nacional: el que contiene los elementos básicos, comunes a todas las Instituciones de Formación Docente no universitaria. Está especificado por especialidades. Su elaboración está a cargo de los especialistas del órgano pertinente del Ministerio de Educación y los formadores convocados para ese propósito.
  • Institucional: el que resulta de diversificar el currículo nacional para adaptarlo a la realidad geográfica, económica, social, lingüística y cultural de la población para la cual el Instituto forma docentes. Su elaboración está a cargo de los formadores de cada institución.
  • De Aula: el que resulta de adecuar el currículo institucional a las necesidades y posibilidades concretas de aprendizaje de los alumnos. Su elaboración está a cargo del respectivo formador, con participación creciente de los estudiantes.
6. ORGANIZACIÓ N DEL CURRICULO DE FORMACION DOCENTE

6.1 La carrera se ha estructurado en tres etapas:
·         La primera dura los cuatro primeros semestres. Busca como conjunto un proceso de teorización temprana y no compleja de la práctica. Privilegia el contacto con la realidad local, con el currículo de menores y con los alumnos de la propia especialidad. Este contacto debe llevar desde el primer momento a una reflexión analítica y crítica de lo observado y a la respectiva sistematización. Conduce a una primera acreditación.
·         La segunda comprende los ciclos quinto a octavo. Prioriza el análisis y sistematización teórica, que recoge la experiencia y teorización temprana vividas en la primera etapa y se construye en la permanente interacción con la respectiva práctica. Conduce a una segunda acreditación.
·         La tercera corresponde a los semestres noveno y décimo.
Prioriza la estrecha relación entre la práctica intensiva y la investigación. Conduce al título profesional.

6.2 Las áreas básicas de cualquier especialidad son seis:
  • Educación: integra todos los instrumentos teóricos y tecnológicos considerados necesarios para asegurar calidad profesional.
  • Ecosistema, Sociedad, Educación Religiosa, Comunicación Integral, Matemática: ofrecen aquello que los futuros maestros deben ayudar a aprender a sus alumnos y el sustento teórico de los correspondientes contenidos a nivel profesional. Puede añadirse un área adicional, pero evitando cualquier fraccionamiento innecesario de los contenidos.

6.3 El concepto de Transversalidad será introducido en los Proyectos de Desarrollo Educativo de cada Institucion:
La transversalidad tiene una larga historia en la experimentación educativa no muy lejana. Se inicia al percibirse que muchos contenidos de la vida diaria no penetraban en la escuela o eran tratados aislada y superficialmente, como la educación sexual, la educación ambiental, los Derechos Humanos, la educación para el consumo, la conciencia tributaria, la educación para la paz, la interculturalidad o la educación democrática.
Una serie de respuestas se escalonan en la búsqueda de una solución a estas ausencias que no significara aumento de asignaturas y agudización del fraccionamiento ya preocupante de contenidos. Así se ensayaron temas transversales que afectaban a todas las asignaturas bajo la forma de ejes, lo que se tradujo en “enclaves” de contenidos nuevos en estructuras viejas; temas que se localizaron en algunas asignaturas; líneas transversales como apoyo a una educación en valores; espacios específicos reservados para el tratamiento de estos contenidos.
Ante la insuficiencia e incluso el fracaso de las anteriores respuestas, todo el asunto se replanteó. Lo que se buscaba era una educación que partiera de la vida y que llevara a actuar positivamente en ella. Un análisis de la vida en la institución escolar llevó a concluir que reproducía el modelo social vigente, autoritario, machista, muy jerarquizado, discriminante, y de control de la comunicación. Lo que constituía el principal obstáculo a la educación que se estaba buscando: DEMOCRÁTICA, DIALOGAL, IGUAL PARA TODOS, NO DISCRIMINANTE, CON CALIDAD Y EQUIDAD, PROFUNDAMENTE HUMANA Y HUMANIZANTE.. Se concluyó que la organización escolar debía ser globalmente modificada para hacerla coherente con los contenidos transversales que se quería introducir. Los valores y actitudes buscados se aprenden en la práctica de la vida diaria y no con discursos.
Lo anterior nos hace ver que cualquier planteamiento de TRANSVERSALIDAD que hagamos para modernizar la Formación Docente, debe afectar por igual nuestros currículos y la gestión en nuestras instituciones. Creemos haber hecho ya un cierto camino, corto o largo. Ahora tendríamos que precisar en cada caso en qué punto nos hallamos, cuál es el trecho que nos queda por recorrer y cuáles son las estrategias más adecuadas para obtener los mejores resultados.